CAPÍTULO 2
Blackout
“Los muertos, mi muerto,
seguirán sin sepultura y no tendrán calma hasta que los silencios duros y los
silencios rumorosos no se abran a las palabras. La voz no habrá que esperarla
de quienes se negaron a señalar el lugar de las sepulturas porque se conjuraron
para afianzar su victoria. Ni de quienes se obstinan en negar la muerte para no
evidenciar la derrota: “Con vida los llevaron, con vida los queremos” es una
consigna que obnubila, irrespetuosa para el martirio de las víctimas. Ningún
juez terrenal saldará las cuentas y ningún dios tolerará el olvido; el destino
siempre llamará a la puerta. Nuestro espíritu confuso debería abrirse al
contradictorio mundo en vez de pretender un artificioso orden sin sobresaltos.
Reconocer, reconocernos en la muerte y hacer posible la vida.”
Héctor
Schmucler, “Miedo y confusión”, reflexión sobre la desaparición de su
hijo Pablo el 28 de enero de 1977, publicada en La ciudad futura, abril de 1988, pp. 12-13, citada por Mauricio
Cohen Salama en las conclusiones de Tumbas
anónimas, Catálogos, 1992
-Leo está desaparecido desde fines de abril.
-¿Cómo desaparecido?
-No sabemos dónde está, aunque sabemos cuándo está.
-Este pibe delira, ¿Denise cuándo llega?
-Dice que en veinte está acá. Explicate mejor Santos.
-Leo decidió viajar en el tiempo sólo y quedarse allá. Se
auto-asignó una misión especial, o así dejó dicho.
-¿Entonces el Informe
de Actividades es cierto? ¿Están viajando en el tiempo?
-¿Lo leyeron?
-Claro que sí, Leo era algo más que un compañero, un amigo.
A mí me acercó al Partido en una mesita en la Parada Artigas.
-A mí me vino a pedir Campaña Financiera en el 2013 a la
puerta de esta misma casa, pero siempre fue medio delirante. El informe me
pareció una de sus locuras.
-La vida cotidiana en esta ciudad es un delirio, querida
Alice. Aunque casi todo es cierto. Tan cierto como que en enero nos reventaron
toda la operación en el Barolo.
-No te puedo creer, me había ilusionado mucho con que iban a
traer a los compañeros luchadores del pasado…
-Llegamos a cumplir nuestros objetivos de mínima… ¿No viste
que en la asunción de Macri eran sólo cien tipos con globitos?
-Sí, claro, por eso te digo. Pero ¿después?
-Logramos traer a varios antes que allanen las oficinas de
la SIDE.
-¿Quién allanó…? ¿Qué, en el Barolo?
-Sí, posta, guglealo, salió en la página web de Clarín,
enero de este año. Lo tuvieron que mandar a llamar a Stiusso en diciembre con
la excusa del asunto de Nissman, pero en realidad querían saber cómo mierda
funcionaba la porquería con los viajes en el tiempo. Y armó el escape de los
hermanos Schilacci para encubrir el asunto del Barolo. Descubrieron los flujos
de energía que gastábamos y dedujeron que alguien que no era de ellos estaba
usando la máquina del tiempo. Allanaron las oficinas de la SIDE en el Barolo
para cazarnos, pero Leo se avivó a tiempo y logró sacar todos los objetos
antiguos que funcionaban como “llaves de portal” y con eso creemos que le
reventamos la máquina.
-El circo ese que armaron con la huída por los campos en
Santa Fé… sí que me acuerdo, una payasada…
-¿Y a quiénes trajeron del pasado? Contá…
-Mirá Nelly, discutimos buscar a compañeros o compañeras que
se hayan destacado en la organización obrera fabril y que los hubieran chupado
o asesinado, para ofrecerles seguir su vida en nuestro presente.
-Qué fuerte. ¿No te parece que juegan a ser Dios, nene?
-Alicia, querida, tenemos una máquina del tiempo que los
soretes de la SIDE usaron andá saber cuántos años para liquidarnos compañeros,
¿te parece que no la íbamos a usar para rescatarlos? Siempre depende para qué
lado patee los penales dios.
-¿Y qué pasó? ¿A quiénes trajeron? Contáme.
-Al principio fue muy difícil. Me pasé yendo y viniendo en
el subte DeLorean con las manos vacías. La gran mayoría de los compañeros y
compañeras que quise reclutar en los setenta, se negaron a venir. Aunque les
dijera que iban a caer en una cita envenenada o en una razzia al salir de la
fábrica. Me decían que no podían dejar en banda su laburo político. Que si
ellos estaban en peligro imaginate sus compañeros y compañeras de laburo y
militancia. Otros, que si iban a morir algún día preferían morir desempeñando
su papel en la historia de su pueblo… cosas así, de héroes. Te estoy hablando
de militantes de veintypico, con esas convicciones… qué linda generación, carajo.
-Y sí, éramos muy pibes.
-¿Cómo éramos?
-¿Qué te pensás, querido? ¿Que sólo vos luchastes? Yo
militaba en la TERS en el 73.
-¿Es joda, Alicia, no? Me estás jodiendo ¿verdad? Hace tres
años que nos conocemos y nunca me contaste nada de eso.
-A mí tampoco, boluda… ¿Flor sabe algo?
-Es que yo tampoco sabía.
-¿Cómo?
-La cabeza funciona raro a mi edad, chicos. Me acordé de
golpe, me saltó de la nada el otro día, cuando Flor no sé qué estaba diciendo
en el local, de un campamento que su hermano dio un curso sobre El Capital… en Brasil. Lo comentó así,
hablando de bueyes perdidos, como quien no quiere la cosa… estábamos comentando
El Periódico, tomando mate y bizcochitos mientras esperábamos que venga Denise,
que como siempre llega tarde. Me enferma que lleguen tarde a las actividades.
¿No dijo que venía en veinte?
-Sí, sí, dale Alicia, dale, ¿pero qué pasó?
-Callate, bruja, dejame contar. Eso, que le dije a la Flor
“Yo a tu hermano lo conozco, yo estuve en ese curso, en ese campamento”
-Me jodés.
-Jodeme.
-No, no. Es así, es verídico todo. No sé. No lo había
recordado nunca, hasta que Flor lo dijo y así nomás se me vino la imagen de la
playa.
-¿El famoso campamento del 78 en Brasil? Alicia, tuviste que
haberte tomado casi diez micros en plena dictadura, tabicada, cambiando de
contactos sin conocerlos para no saber a dónde mierda ibas, para compartir con
doscientos o trescientos militantes en la clandestinidad un curso de formación
política en la playa y volverte a luchar contra la dictadura… ¿cómo te podés
olvidar de todo eso?
-Del curso no me acuerdo nada, nos la pasamos fifando, nene.
-¿Pero boluda, no te habías dado cuenta que estabas
militando de nuevo en esa organización cuarenta años después?
-Y no, Nelly, la verdad que no. Además que no se llaman lo
mismo. Sólo las primeras letras. Pensá que yo largué todo después del
campamento. Cuando volví me enamoré como una boluda, hasta el fondo, de un
monto. Bah, un pibe de la jotapé. Nos metejoneamos y nació mi nena. Decidimos
dejar todo atrás, para protegernos. Hasta me casé por civil y todo, mirá que
pelotuda que me puse. Como era monto, viste, y estaban re infiltrados, nunca le
conté nada de en qué andaba, me hice la re boluda. Una hizo mucho esfuerzo por
olvidar, ¿sabés? Tuviste que ovidarte nombres, caras, direcciones… toda tu
juventud. Para no delatar, ¿viste? para proteger a los compañeros…
-No puedo creer lo que me decís.
-Sí. Yo militaba en mi taller, hacíamos vinilos. Ahí me ganó
un compañero para El Partido. Con el que fuimos a volantear contra la vuelta de
Perón en Ezeiza…
-Ah, encima estaban locos.
-¿El volante ese de que Perón volvía para frenar la
revolución y no para promoverla?
-Qué se yo, sí, ponele. Éramos muy jóvenes. Claro que no
pudimos llegar, imaginate. Había mucha gente. Y bueno, cuando empezamos a
meternos por las zanjas, al costado de la ruta, porque no se podía avanzar ni
en auto ni en micro, ahí empezaron los gases, los tiros… Me estaba acordando
porque Flor dice que ese de Ezeiza fue su filito. Mirá qué chico es el mundo
que yo militaba con su novio y nunca la conocí a la Flor hasta ahora… ¿cuánto
pasó? ¿cuarenta años? Y nos venimos a encontrar de nuevo, también militando.
Qué loco es todo.
-Qué terrible flash, amiga.
-Qué flor de flash, Alice… no sabía que habías luchado con esa gloriosa
generación. Te tendríamos que haber llevado para que reclutaras vos a los
compañeros…
-Y bueno, nene, una tuvo su historia también.
-¿Y entonces, Santos? ¿A quiénes trajiste del pasado? Dale,
contá.
-Les decía. Eso, que una buena cantidad de compañeros y
compañeras nos discutió a fondo que era imposible tener la certeza de su
asesinato en el futuro. Nos decían que con la conciencia sola de ese futuro
posible ya torcerían lo suficiente sus decisiones como para encontrar otro
destino. Siempre termino discutiendo sobre paradojas espacio-temporales con las
personas que contacto, me podría escribir un libro. Una generación muy
convencida, muy afirmada en su presente, no querían canjear las consecuencias
de su destino por nada diferente.
-Ma qué héroes, unos cabeza duras éramos.
-Jaja. Ponele.
-Pero dijiste que llegaste a traer algunos, contá, dale,
contá.
-Sí, Nelly, a los más locos. Pibes de 18 que querían
aventuras más sarpadas, cuarentones que estaban deprimidos y querían revivir. Con
cada debate fuimos mejorando los argumentos políticos y así pude ganar al mejor
de todos. Pero que no salga de acá…
-¿Y quién nos va a creer todo esto, nene?
-Dale, contá, ¿a quién?
-A Kurt Wilkens.
-¡Justo, justo!, yo sabía, yo sabía. Yo habría traído al
mismo, me muero, lo quiero conocer…
-No, no, pará, no es Bailando por un Sueño esto, tranqui
Nelly.
-¿Y quién es ese?
-Ay, si serás colgada, amiga. Kurt Wilkens fue un anarco que
liquidó a Ramón Falcón, el sorete que fundó la Federal y se ensañaba en las
represiones de las huelgas matando obreros.
-No, no. Ese fue Simón Radowitzky, el que mató a Falcón. Era
ukraniano. Wilkens es alemán, es el que ajustició al Coronel Varela, el
masacrador de la huelga patagónica del ´22, la de la peli.
-¿Cuál, La Patagonia
rebelde?
-Esa, Alicia. Pero además fue organizador sindical del
anarquismo que fundó las bases del sindicalismo revolucionario y comunista en
Estados Unidos y acá. Un tipo con una enorme experiencia y sabiduría, aunque lo
estaban por matar a los 36 años, en 1923.
-Qué boluda, siempre me los confundo.
-Sí, es una dislexia re común, son tan parecidos en algunas
cosas que se intercambian en nuestros cerebros. Primero íbamos a ir por Simón,
pero después de caer preso en Usuhaia el compañero luchó en Montevideo, la
guerra civil española y México. No nos pareció cortarle la vida para traerlo
acá. A Kurt lo iban a matar cobardemente en la celda, un esbirro de la Liga
Patriótica, ayudado por el servicio penitenciario y el gobierno radical.
-Sí boludo, Osvaldo Bayer y los anarcos hacen movidas cada
tanto para reclamar que se conozca su paradero, lo dan por desaparecido, dicen
que fue el primer desaparecido, del gobierno “democrático” de Marcelo T. de
Alvear y los radicales conservadores.
-¿Y vos dónde aprendiste todas esas cosas, Nelly? ¿No eras
radicheta hasta hace poquito?
-Yo estudio, Alicia, me tomo los cursos de formación en
serio, no como “otras”…
-Sí, bueno, che, no se peleen. Cuestión que le dimos una
nueva vida y cagamos a los fachos.
-No nos peleamos. Somos amigas.
-Sos grosso Santos… ¿y a dónde lo mandaron?
-Se los cuento, pero no vayan a cagar todo el asunto por tirarle
los perros a mártires famosos de la clase obrera…
-Dale, boludo, somos compañeras serias.
-Bien que se cagan de risa, las conozco.
-Mirá, mi’jito, a esta altura del partido vos no nos vas a
decir de qué nos podemos reír y a quién nos chamuyamos, menos en mi casa.
-Okey, Alice, tenés razón. Vive en la casa de Rolando y
Andrea, unos laburantes de confianza, en el sur. Después de aclimatarlo y
explicarle la situación internacional y nacional… digamos que fue uno de los
que militó la campaña de la Lista Negra en el SUTNA…
-Me vuelvo loca, me vuelvo loca.
-Increíble.
-Pero real, Alicia, todo real.
-No, digo increíble, porque las elecciones del SUTNA terminaron
el 29 o el 30 de abril y la máquina del tiempo del Barolo vos decís que la
reventaron en enero. No me dan los números….
-Sos mi San Mateo, Alicia, ese que necesitó poner los dedos
en las llagas de Cristo resucitado…
-Santo Tomás, burro ateo.
-¿Pero ese no era el filósofo?
-El filósofo era Aquino, Santo Tomás es uno de los apóstoles
mellizos que no estaba cuando se les apareció después de resucitar.
-Bueno, Santo Tomás entonces, troska de mi alma.
-Pero, no entiendo, vos estás acá, Leo desaparecido… ¿de
dónde venís?
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