-Leyla Isis nació en Parque Centenario.
-¿Nació adentro del Parque?
-No, no. Nació en una clínica, en Balvanera.
-Entonces no nació en un parque.
-Depende. Su papá y su mamá vivían muy cerca del Parque
Centenario cuando Leyla nació. Su primer paseo en un carrito color naranja fue
al Parque, la primera vez que voló en una hamaca fue en ese Parque, la primera
vez que anduvo en patines fue en ese Parque.
-Sí, sí, ya entendí. ¿Y cómo es ese Parque?
-Es circular. Tiene muchos árboles muy lindos y tiene un
lago en el centro.
-¿Y tiene animalitos?
-Claro. Peces de colores sin dientes que te chupan los
dedos. Tiene muchos patos blancos,
grises, verdes y negros.
-¿Y tiene juegos?
-También tiene juegos. Hamacas, barcos piratas, edificios
para cocinar con arena…
-¿Cómo cocinar con arena?
-Se agarra arena y se cocinan comidas imaginarias.
-Ah sí, pasteles, tortas…
-Y también ensaladas…
-¿Y se comen las comidas imaginarias?
-Claro, se comen con la imaginación. Nunca hay que rechazar
una invitación a comer.
-¿Tiene perritos ese parque?
-Claro. Es el Parque de los perritos amigos de Rosa.
-¿Quién es Rosa?
-Rosa es la hermana de Leyla. Una perrita blanca con
manchitas negras.
-Qué lindos son los perritos. Son muy traviesos.
-Eso me hace acordar una mañana que fuimos al Parque y
conocimos a Morena.
-¿Morena?
-Sí, Morena, una perrita negra, toda negra, con una cara muy
juguetona.
Estábamos tomando mate y leche chocolatada en los bancos de
un balcón del lago…
-¿Cómo un balcón? Los balcones están en los edificios.
-Este balcón está frente al lago. Es como si estuvieras en
tu edificio pero enfrente está la isla del centro del lago, llena de arbolitos
pequeños, donde viven los patos. De repente Leyla le dice al papá:
“Hay un pichicho nadando en el Lago.”
El papá pensó que era otra invención de Leyla, pero vió que
todos los que paseaban por el Parque le hablaban a un perrito nadando en el
Lago.
-¿Y su dueño?
-Su dueño andaba con una muleta, por la orilla, gritándole:
“¡Morena, vení para acá, Morena!”
-¿Se le había escapado?
-Parece que sí, y no le daba bola.
-Tendría mucho calor, pobrecita.
-No creo, todavía estábamos en agosto y estaba fresco.
-¿Quería divertirse jugando en el agua entonces?
-La verdad que Morena se había metido a perseguir a los patos.
-¿Se los iba a comer?
-No creo, porque los patos nadaban mejor y más rápido que
Morena. No los podía alcanzar.
-Entonces ¿por qué los perseguía?
-Bueno, porque era su instinto.
-¿Qué es instinto?
-Algunas cosas que hacemos no las pensamos, las hacemos
porque nos vienen las ganas de hacerlas nada más.
-Los perritos no piensan.
-Los perritos piensan de una manera diferente. Sienten cosas
y hacen las cosas que sienten.
Entienden si algo es lindo o feo, si les gusta o
les da miedo. Saben reconocer muy bien a las personas que quieren y a las que
no quieren.
-¿Piensan con el corazón?
-Y con su cerebro, que es muy pequeñito, con sus otros
órganos, con su pelo, sus orejas, su hocico.
-¿Piensan con su instinto?
-Claro. Las perritas como Morena sienten que tienen que
perseguir a los patitos, sacarlos del lugar donde se esconden y señalarle a sus
amos dónde están. Son perritos cazadores de patos, los hicieron para cazar patos.
-¿Cómo que los hicieron?
-Claro, porque hay seres humanos que se dedican a cruzar
unas razas de perros con otras para inventar razas nuevas.
-¿Los humanos inventamos perritos?
-Sí, desde hace muchos años.
-¿Más de diez?
-Más de cien.
-Guau. Un montón.
-Sep. Cuestión, que unos humanos cazaban patitos y
necesitaban unos perros que olfateen donde estaban los patitos, fueran hasta
donde se escondían y los hicieran salir.
-Y ahí los agarraban. ¿Los agarraban con redes?
-No, les tiraban con escopetas.
-Qué feo. Pobres patitos.
-Sí.
-¿El dueño de Morena tenía una escopeta?
-No, el dueño de Morena tenía una muleta.
-¿Qué es una muleta?
-Como un bastón, para apoyarse y caminar mejor. Seguro tenía
la pierna lastimada.
-¿Y por qué quería que Morena espante a los patitos de su
casita en el lago si no tenía una escopeta?
-Él no quería que Morena espante a los patitos del lago.
Morena se le escapó y se fue a
perseguir a los patitos sola, nadie se lo pidió.
-¿Y qué pasó?
-Pasó que estuvo como una hora persiguiendo a los patos por
todo el lago: se subió a la islita
y los espantó y después los persiguió por el
Parque.
-¿Y la gente qué hacía?
-El dueño de Morena estaba muy enojado y avergonzado. La
policía del Parque le reprochaba que no había atado bien a Morena, le decía que
todo era su responsabilidad. Algunas señoras lo criticaban porque decían que
Morena iba a matar a todos los patitos.
-¿Morena mató a todos los patitos del mundo?
-Para nada. Les ladraba y se los mostraba a su dueño. No les
quería hacer daño.
-¿Y entonces por qué las señoras criticaban a su dueño?
-Porque a veces las personas también actúan pensando con su
instinto. Les molesta que los perritos hagan cosas que no tienen que hacer,
como perseguir patos en un lago.
-Pero si es el instinto de Morena, las personas la
inventaron para que persiga patos. Y en el lago había patos. ¿Qué querían que
hiciera?
-Tenés razón. No sé. Entiendo mejor a Morena que a las
personas que la critican por ser Morena. No siempre las personas tenemos razón,
¿sabés?
-¿Y qué pasó al final con Morena?
-Nada. Se cansó de perseguir patitos y volvió con su dueño.
-Ah. Entonces sólo había que esperar que se canse y no
gritarle ni criticarla.
-Claro.
-Qué ridícula que es la gente grande, no tiene paciencia con
lo que no entiende.
FIN